18/1/2012
– Bien temprano y acarreando la pereza de madrugar en época de vacaciones, nos
dirigimos en el primer ferry hacia Ometepe, la isla volcánica perteneciente a
Nicaragua y situada en el centro del lago Cocicolba (llamado también Gran Lago
de Nicaragua).
Este lago constituye una importante fuente de abastecimiento
de agua dulce, además de albergar numerosas especies animales raras
subacuáticas, como los peces sierra y los tiburones de agua dulce.
Esta espectacular isla está formada casi en su totalidad por
los conos de dos volcanes: el volcán Concepción (se alza hasta los 1.610 m) y
el volcán Maderas ( 1.394 m) que junto con el istmo que los une le da a Ometepe
la peculiar forma de “8”, lo que a mucha gente le recuerda a Tahití, al igual
que por su orientación cardinal y su origen volcánico.
Nada más llegar a Moyogalpa uno de los núcleos de población
más importantes de la isla, y tras encontrar un lugar sencillo pero aseado
donde pasar la noche, nos dispusimos a conocer Ometepe junto a Antonio, nuestro
agradable (y tras unas horas compañía también querido) guía, quién nos mostró
los lugares más emblemáticos al tiempo que nos enseñaba las curiosas leyendas
de la zona, tales como la de “Chico Largo” o “Las Ceguas”.
En nuestro recorrido pudimos conocer Charco Verde con sus
aguas tranquilas de color esmeralda (donde reside eternamente el “Chico Largo”).
Seguimos por la zona de Santa Teresa, las playas de Santo Domingo y llegamos al
pie del volcán Maderas, donde emprendimos la caminata hacia uno de sus
miradores para poder contemplar las vistas del volcán Concepción en todo su
esplendor, a cuyas colinas nos enfrentaríamos al día siguiente.
Por supuesto no podía faltar la parte gastronómica del
viaje, y aconsejadas por Antonio degustamos el delicioso pargo con patacones
como recompensa a nuestra marcha por el Maderas.
Seguimos el recorrido visitando la finca “Ojo de Agua”, un
pequeño lago que sirve como respiradero para el volcán y que según cuentan los
aldeanos, sus aguas tienen la virtud de rejuvenecer 10 años a la gente que se
baña en ellas… Resultado: Tan bien
nos sentó en chapuzón que Antonio no nos reconoció al salir… (jejeje)
Para finalizar el día disfrutamos de un atardecer bañado por
las aguas dulces que rodean Ometepe, en una de las lenguas de tierra que se
forma en la isla al encontrarse dos corrientes opuestas. Sin más palabras para
describirlo fue simple y sencillamente, hermoso.
Por supuesto no nos podíamos olvidar de nuestro risueño
Antonio, quien nos mostró de la mejor manera posible los rincones más bellos de
la isla, dejando en un magnifico lugar la reputación de la UGO (Unión de Guias
de Ometepe).
Cocicolba o cocibolca? xD he estado alli hace 25 dias, Fantastico el lugar, los caballos libres por la playa :D una pena no haver podido visitar el volcan maderas.
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