19/1/2012
– Bien tempranito y concienciadas del duro camino que nos esperaba hoy, nos
dispusimos a la subida del volcán Concepción, el cual cuenta con 1610m sobre el
nivel del mar, unas vistas de la isla asombrosas y unas laderas llenas de vida
salvaje.
Emprendimos
el camino guiadas por Antonio, hijo de Antonio padre, quien nos mostró con
paciencia y extensas explicaciones cómo se desarrolla la flora y la fauna en
las faldas del volcán, cómo logran
sobrevivir las diversas especies a medida que la altura se incrementa, y cada
una de las utilidades prácticas de las plantas del lugar.
Tras
unas horas de sudor y camuflándonos entre el barro, la lluvia y los mosquitos,
llegamos orgullosas (y no tan cansadas como esperábamos) a nuestro destino, que
aunque no fuese la cima exacta del volcán resultó tan gratificante como si lo
fuese.
Por
último, una vez repusimos fuerzas con un pequeño descanso y unos sándwiches, comenzamos el descenso que entre bromas y alguna que otra caída cómica se hizo realmente llevadero.
Y con
una mezcla de cansancio y satisfacción en mi rostro puedo decir con la cabeza
bien alta: ¡¡PRUEBA SUPERADA!!
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