Quien me conozca un poco sabe que una de mis peculiaridades es la escasa observación de las cosas, ya puede pasar un oso a mi lado en plena ciudad que a mis ojos pasa desapercibido... Pues nada, como alguien muy sabio dijo un día "los tiempos cambian y nosotros cambiamos con ellos" y así es, ¡como no aprenda a observar me perderé grandes (aunque diminutas) maravillas!
Realmente estas tierras esconden detalles impresionantes (¡aunque piquen o muerdan!).
Aquí uno se da cuenta de la fuerza de la naturaleza, el poder que puede ejercer y lo mucho que nos influencia, a pesar de ser una cosa tan poco valorada por gran parte del mundo.
Y es de admirar lo mucho que nos da a pesar de todo lo que ya le hemos quitado y tantos cambios que le hemos provocado...
En Costa Rica se sigue valorando a pesar de que detrás de toda esta conservación se esconde un gran entramado económico y politico, pero al menos se mantiene, no sé por cuanto tiempo, pero se preserva y sostiene en muchos puntos de este paraiso natural.
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