jueves, 22 de septiembre de 2011

GIRA A PUNTA MORALES


A lo largo de la jornada entre picaduras de mosquitos y quemaduras del sol descubrimos pequeños lugares insólitos donde la sencillez de la gente, el trabajo manual continuo y el anhelo de educación para conseguir el desarrollo de las nuevas generaciones inundaban el ambiente de un sentimiento intercalado entre paz y melancolía, fruto de la humildad y de la innegable necesidad de las personas del lugar.




Falta mucho por hacer en estas tierras para conseguir una calidad de vida aceptable para un sector al menos más amplio que el actual. Nosotros intentábamos aportar nuestro granito de arena en el campo que nosotros abarcamos: desparasitamos a parte de los animales del lugar  aunque obviamente era necesario muchísimo más trabajo del que nosotros podíamos ofrecer…

 

A pesar de ello solo era necesario observar con atención a los lugareños durante unos minutos para darse cuenta que no faltaba una sonrisa en cada momento.








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