jueves, 22 de septiembre de 2011

GIRA A PUNTA MORALES


No negaré que la primera impresión que tomé de la gente del lugar respecto a nuestra presencia allí no fue agradable… mostraban reticencia y desconfianza ante nosotros, cosa de la que no les culpo. La poca frecuencia de gente de la cuidad y las numerosas veces que fueron el objetivo de engaños y timos hicieron que las personas que residen en esta zona cultivasen un carácter frio y distante hacia lo desconocido que en este caso éramos nosotros.


  
Y como he dicho, nada más la primera impresión… cuanto más tiempo pasaba en aquellas tierras más agradable era la gente o más a gusto me sentía yo, quién sabe. 


Sin darnos cuenta el aprecio de la gente nos rodeó, mostraban cercanía y agradecimiento hacia nuestro interés por el lugar y comenzaron a llover las invitaciones para comer, ofrecimientos de frutas de las propias viviendas y ayuda para convencer a los demás vecinos de que nos dejasen sacar sangre a los gatos para realizar el estudio.


No solo fue una experiencia interesante en el ámbito profesional sino que también resultó gratificante gracias al apoyo de la gente del lugar. Descubrimos rincones maravillosos que junto a la forma de vida que allí se desarrollaba te hacían ver que la felicidad se halla en los momentos y lugares menos esperados…


2 comentarios:

  1. ¡Qué me cuelguen si no es mi hija Clara la que está tomando las frutas con las gafas de Sol levantadas!

    Hijiña como te lo estás pasando: Da gusto.

    ¡Enhorabuena!

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  2. Totalmente de acuerdo con Eduardo, ¡¡es SU HIJA totalmente!! Desde Salamanca con Lau, Merce y Aida, un besazo enorme, guapa! Felicidades! ¡Da señales de vida!

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